De hecho, en las viviendas de obra nueva ocupa la mayor superficie de la casa, y a menudo se integra con la cocina y las terrazas hasta conformar un lugar flexible y versátil, en el que se reúnen los miembros del hogar y en el que tiene que haber tiempo para compartir, descansar y hasta trabajar.
Por eso, a la hora de abordar su interiorismo, hay que pensar muy bien en cómo vamos a plantear la distribución del salón, de acuerdo con los usos y necesidades que vamos a atribuirle. A partir de ahí, elegiremos los muebles y complementos que mejor encajan con la idea que tenemos en la cabeza.
Entre ellos, hay piezas que siempre están presentes, como el sofá, la mesa de comedor y sus sillas, y el mueble para acomodar al omnipresente televisor, cada vez más grande. Luego ya depende de la superficie disponible y los gustos personales para añadir elementos como librerías, muebles auxiliares o sillones adicionales.
La regla de los tercios para optimizar la distribución
Suele recomendarse aplicar la regla de los tercios para organizar este espacio. El comedor debería ocupar un tercio de la estancia y la zona de estar, dos tercios. Por otra parte, también se aconseja que haya distancias mínimas de 80 centímetros entre los elementos, y que se prevean las áreas de paso. A pesar de que se incluyan varias piezas, debemos crear la sensación de amplitud, algo que también se consigue con la iluminación.
En los pisos nuevos esta se logra fácilmente porque existen grandes ventanales que comunican con la terraza. Pero en viviendas más antiguas quizá no se disponga esas grandes entradas de luz natural, por lo que habrá que utilizar otros recursos. Por ejemplo, usar colores claros en paredes y muebles, preferir el mobiliario bajo, ligero y extendido en forma horizontal, y dejar espacio libre frente a las ventanas.
A la hora de elegir la mesa del salón, resulta recomendable que tenga forma alargada si el espacio asignado es rectangular, Si no, conviene optar por formatos redondos o cuadrados. En todo caso, habría de estar en la ubicación más cercana a la cocina para un tránsito más ordenado.
El sofá, el mueble principal de la estancia
En cuanto al sofá, quizá la pieza más relevante de toda la estancia y sobre la que a menudo gira la organización del resto de elementos. Su tamaño debe ser proporcional a de la superficie de la habitación, con el fin de que no perjudique la presencia de otras piezas.
Si optamos por una estructura con chaiselongue, algo muy habitual en los últimos años, conviene que esta parte se apoye en una o dos paredes para optimizar el espacio disponible.
También se aconseja que la trasera del sofá sirva para separar el comedor, de modo que haya un pasillo que nos permita movernos con facilidad entre ambas zonas.
En relación con la distancia del sofá y la habitual mesa baja, hay que pensar en una distancia de unos cuarenta centímetros para poder mover cómodamente las piernas. Y respecto del televisor, hemos de pensar en unos cincuenta centímetros de distancia por cada diez pulgadas de la diagonal del aparato.
No obstante, este criterio es algo relativo en función de la resolución de las pantallas. Como cada vez es mayor, la regla puede ser más flexible.
Amplitud y luminosidad a través de los complementos
Una vez distribuidas las piezas, hay que completar el interiorismo con otros elementos como cortinas, lámparas, cuadros, espejos o alfombras. Las texturas y colores elegidos han de encajar con nuestro estilo para dar personalidad a la estancia.
Es importante realizar las combinaciones correctas para que contribuyan a la amplitud y la luminosidad, criterios más importantes para que el salón sea cómodo y acogedor desde el primer día.
Todas estas decisiones las podemos tomar por nuestra cuenta. Pero si queremos sacar el máximo partido a la estancia, no está de más pedir el consejo de los profesionales de diseño de interiores. Y si decides decorar tu casa con nosotros, en Aventyp estaremos encantados de ayudarte para que la configuración final de su salón responda al ideal de tu casa.