Si para otras partes de la casa puede ser suficiente con una mano de pintura, la redistribución del mobiliario y la adición de algunos complementos, la cocina suele requerir una transformación integral, sobre todo si han pasado más de quince años desde que se instaló la vez anterior.
Por tanto, si hablamos de una reforma completa de la cocina, tenemos que pensar en varios apartados, como mínimo: pavimentos y revestimientos, mobiliario, illuminación y electrodomésticos. Aparte, está la posibilidad de renovar también las instalaciones de fontanería y electricidad, que a veces puede ser necesario.
En consecuencia, hablamos de un cambio profundo, para el que es muy conveniente dejarnos asesorar por profesionales que nos ayudarán a realizar la mejor elección en todos los apartados, de acuerdo con las características del espacio y el presupuesto disponible.
Tamaño y disposición de la cocina
El tamaño y la disposición de la estancia influyen enormemente en el proyecto, ya que hemos de poder aprovechar al máximo el espacio y, al mismo tiempo, movernos con agilidad en a zona de trabajo. Si contamos con una gran superficie, las posibilidades son mayores, pero si la cocina tiene menos de diez metros cuadrados y es rectangular, como ocurre en muchas viviendas de menos de 90 m2, hay que tener en cuenta la necesidad de dar sensación de amplitud.
Esto se logra con las combinaciones de colores en suelos, paredes y mobiliario, así como en la iluminación, que han de tender hacia tonos claros y no fuertes contrastes.
Pavimentos y revestimientos
Si hablamos de pavimentos y revestimientos, en cuanto a los primeros, la tendencia actual es que se use el mismo suelo de toda la vivienda. Ahora se recurre mucho a la cerámica rectificada de gran formato porque es idónea para la calefacción por suelo radiante. Y si el resto del suelo de la casa es de madera, en la cocina la cerámica es la mejor opción.
Con respecto a las paredes, lo habitual es que también se recurra a los revestimientos cerámicos, ya que resultan más resistentes y ofrecen un mantenimiento más sencillo. No obstante, es posible optar por otras soluciones como los paneles de madera o la pintura plástica, con excepción de las zonas de trabajo, cuya pared debería estar forrada con materiales más sufridos para poder limpiarlos regularmente.
La organización de los muebles de cocina
Para el mobiliario, las posibilidades son infinitas. El primer aspecto que debemos considerar es la organización de los muebles. La opción más sencilla y la más adecuada para cocinas largas y estrechas es la distribución lineal, en la que tanto muebles como electrodomésticos se colocan en una sola pared.
En el caso de disponer de más superficie y formas más cuadradas, podemos recurrir a distribuciones en “L” o a colocar islas o penínsulas, que nos permiten multiplicar el espacio de trabajo y las posibilidades de almacenamiento. Pero estas opciones solo tendrían que plantearse en el caso de que no perjudiquen a la funcionalidad de la cocina. A priori, resultan muy atractivas, pero hay que contar con una gran cocina para sacarles todo el partido.
Otra de las tendencias actuales es colocar mobiliario en paredes enfrentadas. En una de ellas se ubica la zona para operar, y la otra sirve fundamentalmente para ganar en almacenamiento. Aparte de la distribución, conviene pensar en dónde vamos a poner la mesa, bien como una solución auxiliar, o bien como una completa área de comedor. De nuevo, el espacio marca los límites de lo que podemos hacer.
Muebles de cocina de formas rectas
Respecto del mobiliario, el diseño actual tiende a las formas rectas y a la ausencia de tiradores, con un aire minimalista en la que todo queda escondido en favor de mostrar el exterior de los muebles. Sin embargo, esta es solo una opción más, ya que disponemos de todo un universo de opciones en cuanto a materiales, acabados y complementos, tanto para el mobiliario como para la encimera o la fregadera. Podemos elegir la madera, más cara y que exige un mantenimiento más cuidadoso, o materiales laminados de distinto tipo, que exigen un menor cuidado.
En relación con las encimeras, conviene detenerse bien en su elección, puesto que se trata de una de las partes más visibles y de las que más uso realizamos. Aquí podemos optar por las fabricadas en material laminado, más económicas pero menos resistentes en el largo plazo, por materiales más nobles y duraderos como el mármol y el granito, o por soluciones técnicas de alta resistencia, como las encimeras de cuarzo.
En todo caso, e igualmente con el mobiliario, debemos vigilar que las combinaciones de colores sean aptas para que podamos verlas durante mucho tiempo, y que contribuyan a dar claridad y amplitud.
Si nuestra cocina es pequeña, no parece recomendable optar por tonalidades oscuras o formas muy barrocas, aunque siempre es importante que hagamos lo que realmente nos gusta, con el asesoramiento profesional necesario. Al fin y al cabo, es una pieza de la casa que nos va a acompañar durante muchos años.
Por último, tenemos que pensar también en la iluminación. Por un lado, precisamos crear una atmósfera agradable y acogedora. Y, al mismo tiempo, la estancia requiere de luz funcional para poder trabajar cómodamente. Por ello, es habitual que se combine la calidez de la iluminación general del techo con luces situadas estratégicamente en las zonas de trabajo.
Como puedes ver, el diseño de nuestra cocina requiere valorar muchos aspectos. Por eso, vale la pena recurrir a la ayuda profesional. En Aventyp Espacios estaremos encantados de acompañarte e a la hora de diseñarla. Puedes pasarte por nuestra tienda en Monasterio de la Oliva 58 en Pamplona o ponerte en contacto con nosotros en el teléfono 948100703 o a través de la web.